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PRODUCCIÓN AGROPECUARIA SOSTENIBLE

Mejora ambiental, seguridad alimentaria, forestación, riego, huertos integrales y sostenibilidad en Sopachuy.

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Talleres

El objetivo principal de este proyecto era mejorar las condiciones medioambientales y productivas de las familias de la comunidad de Achatalas, orientadas a la seguridad alimentaria. Por ello, era indispensable ampliar la cobertura vegetal de 20 hectáreas y de tierras de cultivo de agua.

 

Los resultados actualmente son que 20 familias han realizado la forestación de 20,75 hectáreas. Además, se aplican técnicas de protección (forestación), conservación y fertilización de suelos agrícolas, como medida de mitigación de los efectos del cambio climático por parte de las familias beneficiarias. En segundo lugar, se han habilitado al menos 4,5 hectáreas cultivables bajo riego y optimizado el uso del agua destinada a la producción agrícola, como medida de adaptación al cambio climático. En definitiva, 16 familias han habilitado 4,2 hectáreas nuevas bajo riego y la Unidad Educativa ha habilitado, 3500m² bajo riego, destinado al huerto escolar. Por esta razón, podemos indicar que se ha disminuido el riesgo de sequía y cambios climáticos con el uso y manejo del agua para riego. En tercer lugar, también se han implementado huertos integrales, por parte de 16 familias y la Unidad Educativa. Para mejorar la producción agrícola diversificada en pequeña escala, orientada a la seguridad alimentaria.

 

Estos resultados son fruto del trabajo de Fundación Prodama, junto con las familias. Algunas actividades apoyadas o realizadas por la organización para mejorar han sido: la concienciación por pequeños grupos familiares sobre la importancia de la planta, el bosque, para el cultivo de agua en las microcuencas y efectos del cambio climático. Además de la capacitación teórico-práctica a todas las familias por separado, sobre protección, conservación de suelos, forestación, operación y mantenimiento de sistemas de microriego e instalación de aspersores, implementación de huertos integrales, producción de hortalizas y planificación, manejo integrado de plagas, producción de abonos orgánicos e incorporación en las parcelas de cultivo y finalmente formación sobre diseño y manejo de un huerto escolar. La fundación también ha ofrecido asistencia técnica permanente en todo el proceso por parte de un ingeniero agrónomo forestal.

 

 

 

 

 

Finalmente, en forma de conclusión nos gustaría comentar que el proyecto de desarrollo y gestión en la comunidad de Achatalas ha tenido puntos fuertes y débiles que han influido tanto en su ejecución como en los resultados presentados anteriormente. A pesar de los desafíos presentados por la crisis sanitaria y el cambio climático, el proyecto pudo avanzar y resolver algunas de las dificultades encontradas.

 

Entre los puntos fuertes destacados están la relación horizontal y de respecto mutuo entre el equipo institucional, las autoridades comunales y las familias beneficiarias. La buena coordinación con las autoridades municipales también fue una ventaja, así como la unidad y fuerza de la organización comunal para hacer cumplir las contrapartes comprometidas. A pesar de la pandemia, se logró ejecutar las acciones del proyecto según lo planificado, y se destacó la calidad de las obras construidas y la implementación de áreas de forestación. Además, el manejo económico y financiero del proyecto permitió ajustar los gastos y compensar los aumentos de precios de algunos materiales.

En cuanto a los puntos débiles, se mencionan la ausencia de profesores y alumnos debido a la virtualidad de la educación y las restricciones por la pandemia, lo que impidió avanzar en la implementación del huerto escolar. También se enfrentaron desafíos relacionados con la inestabilidad del precio de los materiales en el mercado y los períodos de paralización debido a los contagios de coronavirus en la zona, así como la migración temporal de algunas personas.

 

En términos de eficacia del proyecto, se lograron avances en la forestación de 20,8 hectáreas de tierras y en la disponibilidad de agua para riego en las parcelas, lo que cambió los sistemas productivos de las familias. También destacó la efectividad en las construcciones y la forestación, así como la administración eficiente de los recursos económicos. El apoyo y seguimiento al técnico del proyecto también contribuyeron a su éxito.

 

En relación con el nivel de participación y satisfacción de los beneficiarios, se resalta una buena participación en todas las actividades del proyecto, con entusiasmo y motivación para seguir adelante con la forestación y la producción agrícola.

 

En cuanto al impacto, se aprecia el interés de otras organizaciones y personas en la ejecución del proyecto, y se identifican las infraestructuras que optimizan el uso y aprovechamiento del agua como necesidades prioritarias en la zona.

 

Sobre la sostenibilidad, se reconoce que aún falta empoderar a las familias en el manejo de los procesos de producción agrícola y cuidado de los bosques. Se enfatiza la necesidad de desarrollar un paquete tecnológico integral con enfoque agroecológico para asegurar cambios positivos a largo plazo.

 

En cuanto a la evaluación de la estrategia global del proyecto, se confirma que la estrategia de desarrollo respondía a las necesidades sentidas de la población y que la participación activa de las familias beneficiarias fue esencial.

 

Entre otros elementos significativos, se destaca la afrontación de riesgos legales y gastos durante la pandemia, pero gracias a las medidas tomadas, los contagios fueron leves.

 

Las recomendaciones y modificaciones sugeridas para futuros proyectos incluyen trabajar en temas agronómicos y producción de alimentos, promover un enfoque agroecológico integral, realizar forestación comunitaria, implementar ferias locales motivadoras, y capacitar específicamente a mujeres emprendedoras en temas de comercialización y manejo de cultivos.

 

En conclusión, el proyecto logró avances importantes en la comunidad de Achatalas, pero aún hay desafíos para asegurar la sostenibilidad y continuar mejorando la seguridad alimentaria con soberanía en la zona. La participación activa de las familias y la adopción de enfoques agroecológicos son clave para el éxito de futuros proyectos similares.

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